Con su boleto en la mano, se dio cuenta de que si se iba no podria volver, pero que mas daba todo lo que tenia ya se habia perdido y solo le quedaban sus dibujos, y algunos veranos tatuados en su alma.
Tenia decidido lo que queria, tenia la llave de su felicidad y estaba ahi atonita pensando el si dar ese pequeño paso o no.
Al fin lo decidio, subio al tren 530 en el anden 11, miro hacia atraz y vio que nadie la despedia.